CHINA JUEGA GO, NO AJEDREZ

Doctrina de envolvimiento estratégico hacia la preeminencia global

Por Néstor González

  1. NOTA INTRODUCTORIA

Asistimos al declive de los Estados Unidos como hegemón, se comienza a fracturar su monopolio en la economía, en lo militar y en lo tecnológico.

Surge un nuevo polo de poder global representado por potencias emergentes que se agrupan en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y actualmente se discute ampliar el número de miembros con otros países como México, Corea del Sur, y Vietnam.

El nuevo polo de poder liderado por China en lo económico y por Rusia en lo militar le están planteando serios desafíos a Estados Unidos como potencia hegemónica. China se presenta como actor que obligadamente avanzará en reclamar su estatus de potencia global, lo cual tiene implicaciones y desarrollos tanto en lo económico, político como militar.

Si bien la apreciacion estratégica de EEUU sobre China apunta a señalar que su paso a la preeminencia global ha iniciado y se dispone a acometer una reorganización militar que le de soporte a su estrategia continental de soberanía y control de sus áreas próximas, a la par que acomete su desarrollo como potencia del mar con un desarrollo armamentistico y tecnológico equivalente a su presencia económica; la metáfora del juego oriental “go”, permite señalar una tercera ruta, la cual transcurrirá desde el envolvimiento estratégico.

Esta metáfora ha sido promovida desde el 2010 por David Lai, profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de Taiwan (https://www.wsj.com 2011), así como por Henry Kissinger en su libro “China”(2011); el sentido sería que China apuesta al envolvimiento estratégico propio del GO, antes que a choques y maniobras sucesivas propias del AJEDREZ.

En introducción al juego de Go, Mariano López Minnucci, (2015. P, 7-8), detalla algunos elementos ilustrativos:

  • El Go es un juego milenario originario de China y expandido luego principalmente a Japón y Corea. En todos los casos, el significado es “rodear”, ya que el juego consiste en encerrar al oponente y las áreas vacías con el objetivo de abarcar un territorio mayor.
  • La partida se lleva a cabo por turnos colocando una piedra por vez en una intersección vacía cualquiera del tablero, comenzando el jugador que posee las piedras negras.
  • El objetivo del juego consiste en rodear la mayor cantidad de intersecciones vacías (territorio) ganando el jugador que posee más territorio al finalizar la partida. Cada intersección vacía cuenta como un punto para ese jugador.
  • En sus reglas existe la opción de “suicidio”. La regla del suicidio dice que: Uno no puede jugar en un punto que quite la última libertad de un grupo propio (resultando una “autocaptura”), a menos que con esta jugada se capturen piedras del oponente.
  • Evidentemente, si jugamos siempre colocando las piezas en los extremos es más difícil que el rival nos pueda rodear, pero a su vez solo podremos controlar partes pequeñas del tablero, mientras que en el centro tenemos la posibilidad de controlar zonas más grandes. Y es aquí donde hay que aplicar la lógica y la estrategia, decidir si a corto plazo es mejor atacar o defenderse y pensar movimientos que a largo plazo nos puedan ayudar a ganar territorio. 
  • Una vez terminada la partida, es el momento de establecer las puntuaciones. La suma de la cantidad de puntos rodeados (recordemos que se suma un punto por cada intersección dentro de la zona controlada) y la cantidad de piezas del rival que se han capturado determina la puntuación total del jugador. El jugador que sume el mayor número de puntos, gana la partida de Go.

Jugar en el centro implicaría para China asumir la estrategia de posicionamiento preeminente en el Mar de la China no solo asegurando su soberanía sino sorteando el transito minado de países aliados de EEUU que interfieren potencialmente su navegación desde las fuentes de recursos estratégicos o hacia los mercados globales. O resolver militarmente la disputa con Taiwan integrandola a la soberanía continental, lo cual le abre el espacio Pacífico en extenso. Pero esta ruta implicaría desde el GO asumir suicidio, “no puede jugar en un punto que quite la última libertad de un grupo propio (resultando una “autocaptura”). Es sin embargo la provocación mayor que EEUU le plantea actualmente, atascar a China en su área próxima.

El desenvolvimiento chino como potencia de mar será un desarrollo progresivo, en relación a su peso económico global, no comportará una pretensión de control militar unilateral.

La disyuntiva estratégica china, como potencia de tierra o del mar (complejas de combinar), encontrará una tercera opción en su búsqueda por consolidarse como actor polar hegemónico que regula el orden global. China no intentaría el control de territorios o mares sino de los ejes de configuración del orden mundial (economía, arquitectura pública internacional y seguridad), jugará y juega no en el centro sino por el borde del tablero. Se balanceará progresivamente hacia el incremento de su peso real en los ejes de configuración del orden mundial (Económico, Arquitectura Pública internacional, Geo-seguridad y Tecnológico), su visión del tiempo geopolítico y militar no se mide en décadas.

Las palabras de Deng Xiao Ping  en 1992, señalan la concepción del tiempo chino y sus objetivos estratégicos:

Seguiremos adelante por la vía del socialismo al estilo chino. El capitalismo se ha desarrollado durante unos cuantos siglos. ¿Cuánto tiempo llevamos nosotros construyendo el socialismo? Por otra parte, desperdiciamos veinte años. Si conseguimos que, al cabo de cien años de la fundación de la República Popular, China sea un país moderadamente desarrollado, habremos logrado algo extraordinario.(Deng Xiao Ping. Extractos de las charlas dadas en Wuchang, Shenzhen, Zhuhai y Shanghai: del 18 de enero al 21 de febrero de 1992)

  • CHINA COMO PREMIO: La visión estaodunidense sobre China hasta la era Trump.

En su libro titulado  “China”(2011), Henry A. Kissinger detalla la estrategia que llevó a EEUU  a desarrollar un giro en su relación con China:

Hace casi cuarenta años, el presidente Richard Nixon me concedió el honor de enviarme a Pekín para restablecer el contacto con un país clave en la historia de Asia, con el que Estados Unidos no había tenido relaciones de alto nivel en más de veinte años. El inicio del contacto tenía como objetivo principal que el pueblo estadounidense viera una panorámica de paz que trascendiera las penalidades de la guerra del Vietnam y las alarmantes perspectivas de la guerra fría. Por su parte, China, aunque aliada técnicamente con la Unión Soviética, necesitaba espacio de maniobra para oponer resistencia al temido ataque de Moscú. Durante aquel período me desplacé a China en más de cincuenta ocasiones. Al igual que muchos otros visitantes a lo largo de los siglos, acabé admirando al pueblo de este país, su fuerza, su sutileza, su sentido familiar y la cultura que representa. Por otro lado, durante toda mi vida he reflexionado sobre la paz, en gran parte desde la perspectiva de Estados Unidos, y he tenido la suerte de poder conjugar estas dos líneas de pensamiento en mi función de alto cargo de la administración, de transmisor de mensajes y de erudito. Esta obra, basada en parte en conversaciones con dirigentes chinos, intenta explicar la forma conceptual en que los chinos se plantean los problemas de la paz, la guerra y el orden internacional, y su relación con el enfoque estadounidense más pragmático, que los aborda caso por caso. Las distintas historias y culturas a veces aportan conclusiones divergentes. No siempre estoy de acuerdo con la perspectiva china, lo mismo les ocurrirá a los lectores. Pero es necesario comprenderla, porque China ejercerá una función muy importante en el mundo que empieza a vislumbrarse en el siglo XXI. Desde la primera visita que efectué a este país, China se ha convertido en una superpotencia económica y en un importante factor en la configuración del orden político mundial. Estados Unidos se ha impuesto en la guerra fría. La relación entre China y Estados Unidos ha pasado a ser un elemento clave en la meta de la paz y el bienestar mundial. Ocho presidentes de Estados Unidos y cuatro generaciones de dirigentes chinos han llevado esta delicada relación con una gran coherencia, teniendo en cuenta las diferencias en los puntos de partida. Ni una parte ni otra ha permitido que sus respectivos legados históricos o sus diferentes concepciones del orden interno interfieran en su relación, básicamente colaboradora. Ha sido un camino complejo, pues ambas sociedades consideran que representan valores únicos. (Kissinger,2011.P.8) 2011.

Esta visión pragmática sobre China, tuvo de fondo el interés por aislar a la Unión Soviética, pero igualmente correspondía a una fase de reorganización del capitalismo global que buscaba superar su crisis de acumulación y caída en la tasa global de ganancia a partir de la relocalización de la producción por fuera del centro capitalista hacia espacialidades como China, que asumían como opción de desarrollo económico una forma de acumulación originaria socialista (Preobrazhenski,1924) desde la sobre explotación de su fuerza laboral.

La relocalización de la producción industrial de los países desarrollados y de numerosos países en desarrollo a partir de la década del 70, tuvo como causa central la crisis expresada en la intensa caída de la tasa de ganancia capitalista y la búsqueda de nuevas condiciones de sobre explotación para superarla. (Lipietz,1996)

La relocalización de la producción industrial buscó superar la crisis en la tasa de ganancia capitalista a partir de los elementos ya señalados por Carlos Marx en su libro el Capital tomo III.(Marx,1867)

Marx habla de los casos, léase estrategias,  con que el capital podrá contrarrestar la caída en su tasa media de ganancia  y superar las crisis, estos son:

  • Aumento del grado de explotación del trabajo
  • Reducción del salario por debajo de su valor
  • Abaratamiento de los elementos del capital constante
  • La superpoblación relativa
  • El comercio exterior

La regulación del trabajo en el centro capitalista desde políticas garantistas buscó ser burlada, trasladando la producción a países que no contaban o flexibilizaban sus regulaciones laborales (China), así logró abaratar los costos de producción aumentando los tiempos de trabajo (Grado de explotación) y reduciendo los salarios a niveles impensados en los centros capitalistas.

En la perspectiva de abaratar el capital constante se desarrolló una intensiva revolución científica tecnológica desde la telemática, la cual aportó a incrementar los grados de desempleo y producir una superpoblación relativa (Desempleados) que presionaba los salarios a la baja. Este conjunto de estrategias fue complementado con el derrumbe arancelario y la expansión del comercio exterior.

La perspectiva de superación de la tendencia decreciente en la tasa de ganancia desde este conjunto de estrategias podría haber significado una corrección del curso de la crisis económica capitalista, pero el peso de la financiarización global de la economía capitalista y el decrecimiento de la producción real industrial y agrícola, ha arrojado la totalidad de la economía global en un nuevo campo de inestabilidad y crisis.

Asia se convierte en la factoría del mundo, mientras el agregado principal del PIB de los países tanto del centro como de la periferia pasa a ser el sector servicios (Comercial y financiero). La financiarización pasa a ser el eje que estructura el conjunto de la economía-mundo y particularmente la de los países de la periferia capitalista. (Datos.bancomundial.org, 2020). El proceso de la relocalización productiva de los centros capitalistas podemos apreciarlo en el diagrama N°1.

Diagrama N° 1. Relocalización de la producción desde la década del 80.

Fuente: Juan Pérez Ventura, 2013. www.elordenmundial.com

Este proceso de relocalización productiva es el eje central de la llamada  globalización, la cual se ha expresado como interconexión económica y cultural, desarrollada desde la década del 70, acelerada en las dos últimas décadas como producto de la revolución telemática.

En el marco de lo anterior, podemos entender la globalización económica mundial como un período de reconfiguración del Sistema-Mundo a partir de la década del 70 en el que el Estado-nación es desafiado como centro de los procesos de relaciones e interconexión mundial. Esto ha traído importantes variaciones en las formas y agendas de la integración haciéndo hegemónicas las posturas globalizadoras liberales.(De Soussa,1994)

Este vibrante proceso de reconfiguración económica global está teniendo paradójicamente como salida el ocaso del actor que lo impulso: EEUU. Por el contrario China ha canalizado el flujo de capitales, pero igualmente de tecnología, lo cual le permite hoy presentarse como el actor con las premisas más sólidas para reclamar su lugar central como actor polar.

  • LA NUEVA POSTURA: Estados Unidos y su visión de China como enemigo absoluto.

La vulnerabilidad estratégica de EEUU ha implicado un quiebre en su visión pragmática sobre China. Los analistas estadounidenses desechan la metáfora del GO para interpretar las opciones estratégicas de China y al respecto afirman:

La sabiduría convencional era que China buscaría un papel regional ampliado, y un papel reducido de Estados Unidos, pero aplazaría para un futuro lejano cualquier ambición global. Ahora, sin embargo, las señales de que China se está preparando para desafiar el liderazgo global de Estados Unidos son inconfundibles y están omnipresentes. (Soullivan,2020)

Como indicativos de esta pretensión señalan:

  • El programa de construcción naval, que puso más barcos al mar entre 2014 y 2018 que el número total de barcos de las armadas alemana, india, española y británica combinadas.
  • La apuesta de Pekín por dominar las industrias de alta tecnología que determinarán la distribución futura del poder económico y militar.
  • La campaña para controlar las vías fluviales cruciales frente a la costa de China, así como los planes informados para crear una cadena de bases e instalaciones logísticas más lejos.
  • Existen esfuerzos sistemáticos para refinar los métodos de convertir la influencia económica en coerción económica en toda Asia-Pacífico y más allá. (Soullivan,2020)

Otros analistas señalan cómo en años recientes, “bajo la dirección de Jared Cohen, ex asesor de Condoleezza Rice, y Eric Schmidt, ex director general de Google, un grupo independiente de 15 republicanos y demócratas, investigadores, empresarios, ingenieros y sinólogos, presentó recientemente un informe confidencial al gobierno de Estados Unidos en el que se aboga por una estrategia de mayor resistencia tecnológica a China. La idea principal del documento es que el “desacoplamiento”, del que muchos científicos recelaban, se ha convertido ahora en una solución deseable.”(Ríos Xulio,2021)

En la era Trump se ha desvanecido la postura pragmática frente a China. En consecuencia, Estados Unidos define a China y Rusia como sus enemigos absolutos centrales, pero carece de las capacidades para enfrentarlos. Buscando adquirir esas capacidades formula la estrategia de La Competición Estratégica, la cual es expuesta en el Plan Nacional  de Defensa de Estados Unidos, el cual plantea como consideración  central la siguiente:

Hoy, estamos saliendo de un período de atrofia estratégica, conscientes de que nuestra ventaja estratégica ha sido erosionada. Nos enfrentamos a un mayor desorden global, caracterizado por una disminución en el orden internacional basado en reglas de larga data, creando un entorno de seguridad más complejo y volátil que cualquiera que hayamos experimentado en la memoria reciente. La competencia estratégica interestatal, no el terrorismo, es ahora la principal preocupación en la seguridad nacional de EE. UU.(Estrategia de defensa EEUU,2018)

Los propósitos de la estrategia de defensa “La Competición Estratégica”, tiene problemas para concretarse en el contexto de crisis de la hegemonía imperial de EEUU, dado que la fuerza de la nueva polaridad de China impone el reto de un desgaste estratégico a EEUU en el terreno económico que China puede resistir por las características de su economía, mientras que Estados Unidos podría colapsar en el juego de una nueva carrera armamentista

  • POSICIÓN ESTRATÉGICA Y DOCTRINA MILITAR CHINA

EEUU insiste en construir un enemigo geomilitar absoluto, para esto extrema la apreciación del despliegue logístico comercial chino en el Mar de la China, Estrecho de Malaca e Indochina. Esta apreciación se ha presentado bajo el diagrama del “Collar de Perlas”, expresando los puntos que la prospectiva china intentaría controlar no solo logística sino militarmente (Ver línea roja de diagrama 2), en contravía, Estados Unidos incrementa su collar de contención a partir del incremento de su ya real presencia militar  desde la postguerra (Ver línea azul de diagrama 2)

Diagrama N°2. Collar de perlas chino y collar de contención de EEUU en el Indo-Pacífico.

Fuente: Juan Pérez Ventura, 2013. www.elordenmundial.com

Es claro que el avance de China como potencia exigirá el control absoluto de su área próxima y ruta central de despliegue comercial, lo que no es real es que China esté implicada en una maniobra de posicionamiento y choque militar, si bien reacciona afirmativamente en términos de su soberanía a las provocaciones de EEUU.

Fuera de su territorio y con presencia en misiones de paz internacionales, China solo posee una base militar en el exterior, ubicada en Yibuti, punto de entrada al Canal del Suez, conexión estratégica con el Mediterráneo. Pero este país alberga igualmente instalaciones de Francia, Italia, Estados Unidos y Japón; en este contexto China caracteriza esta posición no como una base militar sino como un centro logístico.

Bernt Berger, analista del Instituto para la Seguridad y el Análisis de Conflictos de Berlín, aporta una apreciación diferente a la que pretende posicionar EEUU: “Pekín quiere evitar de cualquier forma la impresión de que China está erigiendo una presencia militar en la región. Eso tiene dos motivos: primero, una presencia militar no es, de hecho, la razón determinante para la construcción de una base militar. La base solo está pensada para apoyar operativos actuales en la región, como, por ejemplo, la lucha contra la piratería, las misiones de paz o la evacuación de ciudadanos chinos. En segundo lugar, luego de la crisis en torno al programa nuclear de Irán, China está implicada cada vez más en los asuntos regionales y en las rivalidades en Cercano Oriente. Pero no quiere ser percibido como un poder hegemónico que en algún momento deberá tomar partido.”

La postura expresa de la doctrina militar china, está contenida en su “Libro blanco sobre defensa nacional de China en la nueva era”, publicado en Julio del año 2019. Partiendo de reconocer que el mundo aún no es un lugar tranquilo y existen factores desestabilizadores e incertidumbres en la seguridad internacional, su política plantea como elementos centrales de su visión militar y de defensa  los siguientes:

  • Desarrollo de una política de defensa nacional con carácter defensivo, no ofensivo.
  • Construir una comunidad de destino con la humanidad.
  • Reforma de la defensa nacional y las fuerzas armadas del país.
  • Impulso a la cooperación de ganancia compartida, como la tendencia irreversible de los tiempos actuales. China cree firmemente que la hegemonía y la expansión están condenadas al fracaso y que la seguridad y la prosperidad serán compartidas.
  • Salvaguardar con firmeza los intereses soberanos, de seguridad y para el desarrollo, resulta ser el objetivo fundamental de la defensa nacional de China en la nueva era, cuya característica distintiva es nunca buscar la hegemonía, la expansión o las esferas de influencia.

El conjunto de la doctrina china es la moderación frente al belicismo de EEUU, igual serenidad y firmeza para encarar las tácticas estadounidenses de caos y tensión en el Indo-Pacífico.

En cuanto al gasto militar, China avanza en la modernización de su defensa, en este orden su inversión representa:

  • El 1,3 por ciento del PNB frente al 3,5 por ciento estadounidense
  • Un 5,3 por ciento del presupuesto anual frente al 9,8 por ciento de Washington. Pero igualmente cabe resaltar esa coherencia con una relativa moderación.
  • El arsenal nuclear de China asciende solo a 320 cabezas nucleares mientras EEUU posee 3.800 y Rusia 4.312.

Complementario a todo esto, el presidente Xi ha afirmado su intención indeclinable por “salvaguardar el sistema internacional, con la ONU como su núcleo”. Esta afirmación contiene la visión de una Comunidad de futuro compartido para la humanidad.

  • CONSIDERACIONES FINALES.

Quiero dejar abierta una última reflexión sobre el fondo teórico-conceptual de la doctrina y visión china de posicionamiento estratégico como potencia. En esta dirección señalemos que China está instalada en una estrategia más acorde a la teoría de la interdependencia compleja formulada por Robert Kehone que a la geopolítica realista de Morguenthau, la cual ha sido la referencia central de los EEUU.

Una lectura detallada del Morgenthau nos muestra como su perspectiva de disputa por el poder está alejada de cualquier instigación al guerrerismo o políticas de agresión, de hecho lo crítica expresamente como estrategia de Estado cuando cuestiona el militarismo, sin embargo es claro que en su enfoque el eje geomilitar es el productor de mayor valor para las relaciones internacionales y el orden mundial.( Morgenthau,1985)

En la década del 70 y en el transcurso de los 80  surge una corriente que viene a cuestionar los elementos centrales del realismo y en particular a Hans Morgenthau, denominada La Interdependencia Compleja, teoría desarrollada por Robert O. Keohane y Joseph Nye, a partir de su trabajo “Poder e interdependencia: La política mundial en transición”, asi podemos situar  sus críticas centrales al realismo en los siguientes elementos:

  • Prevalece una jerarquía en las cuestiones de política internacional, según la cual una «alta política» formada por asuntos de defensa y seguridad y a la cual está subordinada la «baja política» de los temas socio-económicos.
  • Los Estados son los actores singularmente principales del sistema mundial.
  • La fuerza militar es un instrumento efectivo y de amplia disponibilidad en la búsqueda de objetivos de política exterior y es la «real» fuente determinante de poder de los distintos actores. (Keohane Robert O. y Nye Joseph S,1988, Pg 23)

Keohane y Nye plantean por el contrario como en el contexto internacional y particularmente en el ciclo abierto a partir de la década del 70:

  • Existen múltiples canales de interconexión e interpretación entre las sociedades. En el estudio de la política mundial deben agregarse las vinculaciones entre las burocracias y entre distintos agentes no estatales.
  • Hay ausencia de jerarquía en los asuntos de política mundial. La interdependencia implica que temas no militares adquieran mayor importancia en las relaciones internacionales.
  • Existe un rol reducido de la fuerza militar. Hay varias razones por las cuales el simple poderío bélico ha perdido disponibilidad y efectividad. El margen de seguridad de los países, en general, ha aumentado, lo mismo que el interés y la participación de la opinión pública sobre los tópicos relacionados con ella; lo cual incrementa el costo político de su utilización. (Keohane Robert O. y Nye Joseph S,1988, Pg 23)

Las posturas de la teoría de la interdependencia compleja han debido vivir la intensa confrontación práctica desde la política de agresión militar desarrollada por EEUU y desde la hegemonía neoconservadora en la conducción nacional y estratégica de la presencia estadounidense en el mundo. Sin embargo la postura oficial de China sobre el orden mundial y su papel en él, se aferran a los criterios y postulados de la interdependencia compleja.

La teoría de la interdependencia expresa el mapa conceptual de una nueva materialidad geoeconómica y geomilitar, permite rastrear el peso de lo económico en el mantenimiento del actual tipo de orden mundial pero igualmente en los procesos de posicionamiento de nuevos actores polares que las próximas dos décadas inevitablemente traerán.

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