El mito de los “derechos humanos” (dh) supone unas creencias previas que impiden que dudemos de su veracidad y hace que para el común de las personas dichos derechos sean como el dinosaurio del cuento de Augusto Monterroso y creemos que… “cuando la humanidad despertó, ya estaban ahí”, de manera que vivimos el mito sin cuestionarlo, suponiendo que es el mundo ideal que aspiramos y que merecemos por ser humanos.