RELACIONES VENEZUELA – EE.UU., HOY.

Entrevista al Profesor Néstor Rivero, Docente de Historia Económica de Venezuela en la Escuela Nacional de Hacienda Pública – Min Finanzas por parte de la Agencia oficial de noticias Xinhua del gobierno de la República Popular China.

1.- En su opinión, en los últimos tiempos (semanas o meses), ¿la relación entre Estados Unidos y Venezuela ha mejorado o ha empeorado?

RESP: Ciertamente; Si cualquier analista se aboca a  elaborar un cuadro comparativo entre las administraciones del actual Presidente de EE.UU. Joe Biden y el anterior Donald Trump, se debe exponer con la mayor objetividad que el ambiente de extrema hostilidad que ya escalaba hasta la amenaza explícita por la Casa Blanca, de organizar una invasión militar abierta por tropas estadounidenses en el territorio donde nació el Libertador Simón Bolívar (Remember: ‘Todas las opciones están sobre la mesa’) ha visto una moderada merma. No obstante,  recientes declaraciones de la Jefa del Comando Sur, Generala Laura Richardson acerca de considerar como asunto del “interés nacional de EE.UU. ” la posesión de Venezuela de cuantiosos yacimientos petroleros, reaviva el contexto y lenguaje de amenazas en contra de la soberanía nacional venezolana, algo a todas luces INACEPTABLE, y que debe ser refutada por todos los connacionales que aspiran al respeto y autodeterminación de los países que construyen un modelo de economía, sin colonialismos ni sometimiento geopolítico, aunque sí con sentido de corresponsabilidad y reequilibrios en el marco del comercio internacional.

Empero, y a despecho de tan desdichadas declaraciones de la Generala Richardson, dígase que la empresa petrolera estadounidense Chevron Texaco, beneficiaria de una licencia o autorización por el gobierno de Joe Biden para operar en este país del trópico, ha reiniciado y sostenido en los últimos meses, sus labores de extracción, bombeo y comercialización de hidrocarburos, lo cual es un primer signo de matización respecto al cerco económico que constituyen las medidas coercitivas unilaterales, tomadas por la Casa Blanca contra Caracas, en clara y flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, que obliga a cualquier sujeto de Derecho Internacional, a reportar ante los organismos de la ONU, cualquier diferendo, de modo que sea solamente el Consejo de Seguridad, quien únicamente pueda ordenar “Sanciones” contra un Estado soberano, como es la Venezuela Bolivariana del siglo XXI.

De allí que la propia ONU, su Consejo de Seguridad, su Asamblea General y otros órganos deberían debatir el carácter de las mal llamadas “Sanciones” que un país impone a otro, violentando la institucionalidad del Derecho Internacional, como lo hace EE.UU., en contra de países emergentes como Irán, Siria o Líbano, y en el caso latinoamericano, Cuba y Venezuela por motivaciones exclusivamente políticas. Y para ello se emplea como coartada el tema de los Derechos Humanos, sin ponderar que, en el caso venezolano, cuando se ha confirmado violaciones a los DDHH, el propio Estado Venezolano y su fiscalía general de la República, han llevado a tribunales a los perpetradores, a quienes se les ha condenado a los años de presidio que mandata la legislación penal de la materia.

Así, el grado de mejoramiento de las relaciones entre Venezuela y pasará ineluctablemente por el retorno de Washington DC, a los linderos del Derecho Internacional, a que asuma su disposición de respetar el principio de autodeterminación de los pueblos, consagrado en la Carta de la ONU, cesando en sus agresiones económicas y diplomáticas, a las cuales ocurre basado solamente, el gobierno de EE.UU. y sus centros de poder financiero y tecnológico-militar, basados, se repite, en el tamaño de su economía y capacidad de chantajear a países-vasallos o clientelares como los que integran la Unión Europea y una porción de los Estados de América Latina, plegados a los dictámenes del Dpto. de Estado de EE.UU.

2.- A su juicio, ¿hacia dónde van las relaciones entre ambas naciones? ¿cuáles crees que son las negociaciones pendientes? ¿En dichas negociaciones crees que se incluyan las elecciones venezolanas?

Estimo que el mejor modo de contestar dicho planteamiento de fondo pudiera ser modificando ligeramente, los tiempos verbales de la historia geopolítica del continente: ¿Hacia dónde deberían ir dichas relaciones bilaterales? Para ello se debe reflexionar sobre asuntos como: De qué modo los grupos de poder dentro de EE.UU., pueden ejercer su peso, respecto a la eliminación de las Medidas Unilaterales o “Sanciones” que en su momento impuso a Venezuela, Donald Trump;

Vista la sana disposición del gobierno venezolano de Nicolás Maduro en cuanto a incrementar la producción de crudo y ampliar sus exportaciones hacia EE.UU, cabe formular la hipótesis acerca del modo en que los lobbies de las corporaciones energéticas dentro de dicho país, su Congreso y sus movimientos sociales pacifistas, cómo pueden, se repite, ejercer su sana capacidad de opinión pública y política interna, para sincerar lo que debe concebirse como adelanto, profundización y permanencia de negociaciones entre EE.UU. y Venezuela, en términos de igualdad jurídica, mutuos beneficios y respeto a los respectivos modelos políticos de democracia  que imperan dentro de una y otra nación.

Se debe tratar en cualquier negociación bilateral la inmediata excarcelación del diplomático ALEX SAAD, quien no ha cometido delito alguno, y a quien se le detuvo en Cabo Verde, se le secuestró para llevarlo en avión a EE.UU. y castigar en su persona, el derecho básico de los venezolanos a recibir su alimentación diaria y semanal, vía los suministros del programa CLAP, que tenía en ALEX SAAD, uno de los gestores de primera línea a nivel internacional. Y el gobierno de NICOLÁS MADURO, ha dado muestras de buena voluntad, al poner en libertad detenidos y procesados norteamericanos, capturados a propósito de la fallida invasión contra Venezuela del año 2018, trasladados desde Colombia en tiempos cuando en el hermano país gobernaba IVÁN DUQUE MÁRQUEZ, y en la Casa Blanca despachaba DONALD TRUMP.

Igualmente conviene analizar la necesidad de que los centros que modelan la diplomacia estadounidense, consideren la conveniencia para el propio EE.UU., de MODIFICAR su postura respecto a países y gobiernos, con modelos políticos alternos. EE.UU. mantiene hoy un listado de cerca de treinta países en condición de “sancionados” unilateralmente, o en vías de aplicarles dicha condición. Y ello resulta CONTRAPRODUCENTE para los propios intereses de dicha gran potencia, por cuanto se aísla, no solamente de mercados en los países indebidamente castigados, sino que se distancia de ellos terceros países que comercian y se benefician con los recursos de aquellos “sancionados”. e) Y en cuanto a las elecciones en Venezuela, del mismo modo que ha ocurrido desde 1999 hasta hoy, los comicios presidenciales se ajustan al cronómetro de una Constitución republicana y nada indica que ello dejará de ser así. El propio Presidente Maduro ha confirmado recientemente que las elecciones se celebrarán en 2024, como corresponde según la Carta Magna vigente; ahora en cuanto al mes, semana y día de la consulta para la escogencia presidencial, ese es un punto que corresponde definir al Consejo Nacional Electoral; no al Presidente de la República ni tampoco a factores de la Oposición, tal es el carácter constitucional de dicha consulta

3.- ¿Cómo crees que se desarrollará el relacionamiento entre Venezuela, China y Estados Unidos? ¿Qué influencia crees que tendrá EEUU en la relación de Venezuela con China y qué influencia tendrá China en la relación de Venezuela con Estados Unidos?

RESP: – Al respecto caben algunas consideraciones: La aparición de la República Popular China bajo el liderazgo del Presidente Xi Jinping, como agente de primera línea en el seno de la comunidad internacional, hace evocar los años postrimeros del siglo XIX y las primeras décadas del siglo veinte, cuando EE.UU. disputaba al Imperio Británico su preminencia en el rol de primera superpotencia mundial. La “pequeña” diferencia entre una y otra coyuntura histórica es que la Inglaterra de entonces reconoció, sin necesidad de amenazas o acorazados, que EE.UU. se había ganado el rol de superpotencia, con sus exportaciones, su capacidad tecnológica, su Ejército y su moneda, el dólar, admitiendo Inglaterra, que su desplazamiento de la supremacía global era ya inexorable. En cambio, los EE.UU. de hoy día y sus centros de poder, sus empresas del armamento y de la guerra, siguen interviniendo abusivamente en países periféricos, como si hoy no existiese unas Naciones Unidas, una Convención sobre Relaciones Diplomáticas y un interés de toda la humanidad en cuanto a preservar la PAZ y la CONVIVENCIA entre modelos de gobierno con rasgos de coincidencia y de diferencia entre sí.

Y siendo que Venezuela, un país pequeño con sus dificultades económicas, atrae mucho la atención del resto del mundo, en atención a las cuantiosas riquezas energéticas depositadas en su subsuelo, resulta inevitable que reclame respeto de parte de las superpotencias, y estreche relaciones, alianzas y asociaciones, con una economía emergente, como China, cuyo gobierno y cuyos proyectos estratégicos globales (la Franja y la Ruta entre otros), trazan un nuevo proyecto para el  relacionamiento con países que se adscriben a la configuración del Mundo Multipolar y Pluricéntrico. Y China hoy disputa a EE.UU. la primacía financiera, siendo que su desarrollo industrial, la coloca como el primer exportador de manufacturas del planeta, y como la primera reserva de “tierras raras” y con indicadores en reservas de oro y fortaleza monetaria, que apuntan a su escalamiento como primera potencia económica del globo. Y si a ello se suma el régimen de redistribución de la riqueza, con los objetivos de “una sociedad moderadamente próspera” en palabras del Presidente Xi, encontramos en dicho contexto, grandes coincidencias, con la misión histórica que viene cumpliendo la Venezuela Bolivariana, en la región latinoamericana y del Caribe.

De otra parte, ello no significa necesariamente que Venezuela deba “pelearse” con EE.UU., ni desconocer el significado estratégico de un mercado energético de primera línea dentro del hemisferio occidental, como el norteamericano. Las nuevas corrientes de opinión y fuerzas emergentes dentro de la sociedad estadounidense, deben estimular y coadyuvar al desplazamiento de las concepciones hegemónicas e imperiales que hasta ahora dominaron en el Dpto. de Estado, el Pentágono y sus agencias de inteligencia, cuyo diseño parece tramar de modo permanente estrategias y planes de desestabilización, en contra de pueblos y gobiernos que aun practicando sistemas electorales periódicos y de democracia occidental, tienden a ser agredidos por esta gran potencia, por causas puramente económicas, dado que dichos centros de poder hegemónico, se niegan a admitir que los países y gobiernos del mundo avanza hacia un orden social y político susceptible de asegurar condiciones de vida decorosas para sus habitantes, asegurando así la perpetuación y el significado de humanidad de la única especie, que camina erecta sobre la Tierra.

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