Leí a Pasqualina y a Jesús, me dio por opinar y las palabras de mi suegra me recordaron las de mi papá: “¡No te metas en ese peo, que tú no sabes nada de economía!”
Leí a Pasqualina y a Jesús, me dio por opinar y las palabras de mi suegra me recordaron las de mi papá: “¡No te metas en ese peo, que tú no sabes nada de economía!”