Siempre con tu mirada fija en los trabajadores, hasta el final tu olfato político te decía que tenías que estar al lado de los tuyos y esos eran los trabajadores. Espero Hermano haberte interpretado en estos cinco minutos que me diste. La silla siempre estará allí esperando que tu voz siga siendo la Voz de los trabajadores y las trabajadoras.