Francisco de Miranda y la Ciencia.

Por Equipo Servir Al Pueblo.

En una carta de Generalísimo Francisco de Miranda dirigida a Juan Manuel Cagigal acuña una frase, “El Gran Libro Universal”, el autor de este libro, el profesor Néstor Rivero la ha utilizado para describir esta singular obre sobre Francisco de Miranda y que lleva por titulo, “Francisco de Miranda y la Ciencia”. Esta obra recoge la ruta establecida por Miranda para encontrarse y otras tantas veces, rencontrarse con el conocimiento que marco su época.

Dos referencias importantes sobre esta nueva obra del profesor Néstor Rivero, elevan el espíritu creador de este libro, la primera viene acompañada de un joven amigo revolucionario de esta corriente de pensamiento que significa Servir Al Pueblo, Arwin Quezada, actual Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación del estado Bolivariano de Miranda:

Este libro representa una de estas acciones concretas y necesarias. Se traduce en una orgullosa creación que sirve para impulsar el conocimiento de uno de los más ejemplares venezolanos: Francisco de Miranda, figura que representa no solo la lucha por la emancipación americana, que transformó cada espacio que piso desde el siglo XVIII al XIX, también nos muestra una gran historia contenida de luces, de reflexiones e intelecto. Miranda con su hacer, nos enseña sobre la importancia de la búsqueda del conocimiento, de satisfacer insaciablemente la curiosidad, con sus prácticas como oficial aguerrido, caminante de sociedades y estudioso de la ilustración, nos muestra con nobleza una personalidad metódica y disciplinada, digna de acoger y resaltar en cualquier escenario regional y local, destacando por siempre el valor insoslayable y permanente de las ciencias y las humanidades para el desarrollo humano, desde lo individual y para lo colectivo.

Y la otra referencia, podemos ubicarla en el Prologo de este libro, hecho por Eloy Sira Galíndez, Secretario del Consejo Científico Tecnológico del estado Bolivariano de Miranda, quien señala:

En el Capítulo II titulado “Ciencia y clandestinidad”, se presenta el tema de la ciencia y la tecnología como eje de base en el proyecto de Francisco de Miranda. Una breve mirada a la implicación de una cita hecha por el autor en este capítulo, y su comentario sobre la cantidad de menciones acerca de este tema que se encuentran en el voluminoso archivo personal del Generalísimo, nos da una idea clara de la visión Mirandina sobre la necesidad de promover la investigación científica y el desarrollo tecnológico en los territorios de América del sur, cita del autor: “(…) el Amazonas y el Orinoco y tantos otros ríos majestuosos que bañan nuestro país, ¿quedan olvidados de los hombres? ¿Las artes y las ciencias serán extranjeras en la América Meridional?”. La inquisición, la alta movilidad, los peligros por cultivar ideas antiimperiales, el manejo y puesta en práctica de las visiones de los padres de la ciencia moderna como Nicolás Copérnico, Johanes Kepler, Galileo Galilei, Erasmo de Rotterdan, Isaac Newton, Giordano Bruno y Miguel de Servet, personajes mencionados por el autor en su texto, develan la talla del inmenso pensador que fue Miranda para su tiempo.

A continuación dejamos un pasaje de la obra del profesor Néstor Rivero que nos permite adentrarnos en estas lineas de “Francisco de Miranda y la Ciencia”, un libro que ejemplifica el pensamiento universal del caraqueño más universal que ha parido la Patria.


MIRANDA Y LA TECNOLOGÍA

El 17 de noviembre de 1786, el Precursor registra en su Diario su paso por la localidad de Moss (Noruega), en su marcha con destino a Rusia, ofreciendo información sobre su visita a una fundición de artillería, comentando el uso que se hacía de las aguas –corrientes fluviales, se entiende– que “se precipitan de la montaña y mueven molinos de aserrar madera” [Miranda 2007, op. cit., p. 216]. En su visita observó instalaciones, mecanismos y artefactos que muestran los primeros pasos de la Revolución Industrial que por entonces asomaba con sus reales, a distinto ritmo, en las diferentes regiones del norte de Europa “primero los hornos en que se funde el hierro, los martillos… el horno en que se funde el cañón, la máquina… se abre el ánima (sic) la que perpendicularmente se dilata, molino para aserrar madera, molinos para moler granos… y realmente que es considerable esta manufactura, la primera de Noruega”. Cerca de dos años después, el 24 de febrero de 1788, el imponente caraqueño

–quien por aquellos tiempos y en atención a la incesante pesquisa para policial que contra su persona adelantaba la diplomacia española, se presentaba según circunstancias con su propio nombre o empleando los pseudónimos de Monsieur Meyrat o conde de Meiroff–, a su paso por Frederiksberg, en tierra danesa, da cuenta en su Diario, del recorrido que hizo por la fundición de balas de cañón y

confección de granadas, anotando respecto a este último dispositivo bélico Miranda, que “la parte interior del molde, la cupa, una bola hueca de tierra cocida que con facilidad se rompe después y sale la tierra por la boca y bombas de doce pulgadas (…) Entramos en la fundición de la gruesa artillería, que es la pieza principal (…) en una semana se pueden fundir aquí… la artillería y municiones de un navío de 64 [cañones]”. No hay duda que este establecimiento es el más completo y bien ordenado de su especie que yo he visto hasta ahora y tiene similitud con el arsenal de Venecia, en que en un solo paraje se reúne todo” [Miranda, 1992, op. cit, p. 309]. En el curso de la misma recorrida ese día el Precursor hace constar en su Diario, la labor de operarios u obradores, en distintos ramos a quienes dedica las siguientes palabras “estos artesanos se ocupan de hacer modelos, sillas, pulir piedras y hacer botones para la tropa, relojes, anteojos e instrumentos matemáticos, cartas geográficas, láminas, libros” (Ib, pp. 310- 311). Y concluye su exposición Miranda con un corolario que bien le calza en su actualidad a muchos países subdesarrollados del presente “Véase aquí cómo cuando al hombre se le conduce a la industria, parece otra cosa muy distinta del resto que está en el ocio” [Ídem]

También te puede interesar